Profesionales del proyecto visitaron una plantación de eucalipto, afectada por un incendio en 2017, para tomar muestra de troncos y analizar su uso como materia prima para la fabricación de pellets.

La iniciativa “Generación de bioenergía para combustión a partir del manejo forestal sustentable Biobío Pellets”, es financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional del Biobío y ejecutada por la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).

A raíz del seminario realizado en el marco del proyecto FIC Biobío Pellets en marzo pasado, un empresario de la zona dedicado a la plantación y venta de madera, interesado por este mercado, contactó al equipo a cargo del proyecto. El empresario que posee 300 hectáreas de plantación de Eucalyptus globulus en el sector cercano a Coihue Bajo (entre las entradas de Yumbel y Cabrero) busca un uso alternativo a su plantación, debido a que esta fue afectada por los incendios forestales ocurridos en enero y febrero de 2017. Es así como gran parte de los árboles fueron parcial o completamente quemados, situación que afectó la venta para la industria de celulosa.

La propuesta que sugirió dicho empresario fue que el equipo de Biobío Pellets analizara si esta materia prima, rechazada por las empresas productoras de celulosa, sirven para la producción de pellet. Por consiguiente, el equipo fue a terreno para tomar muestras de los troncos de árboles tanto vivos semi-quemados como muertos para analizar si son aptos. Gerald Cifuentes, uno de los profesionales de Biobío Pellets expone: “El muestreo consistió en tomar muestras tanto de árboles que hayan sobrevivido que tengan restos de quemado y árboles muertos por el incendio y, siguiendo el ejemplo de la venta de madera, solo tomamos troncos sin corteza”.

Gerald Cifuentes también explica: “Comúnmente los eucaliptos no se ocupan para la fabricación de pellets, por su bajo contenido de lignina” (que es el elemento que hace que el pellet no se desarme), pero la calcinación de esta materia por el incendio pudo haber provocado una “torrefacción natural”. La torrefacción es un proceso de pirólisis (descomposición térmica por altas temperaturas) de la madera, en el cual se coloca en una cámara con una presión casi libre de oxígeno y se expone a una temperatura de 250° a 300° Celsius, lo que hace que la madera pueda adquirir propiedades adecuadas para ser usada como combustibles. Es algo similar a lo que se realiza en la producción de carbón de madera.

Los objetivos del análisis de los troncos son, primero saber concretamente cuales fueron los efectos del incendio en la materia prima, para comprobar la teoría de la torrefacción natural. Mientras el segundo objetivo es crear pellets a partir de esta madera agregándole un aditivo que pueda favorecer su durabilidad.

A la espera de los resultados, el equipo de Biobío Pellets planea seguir investigando los otros tipos de plantaciones que hay en la zona, ya que sus muestras son específicamente de eucalipto vivo, de 11,4 metros de altura, diámetro de los 26 a 20 cm y de entre los 27-37 % de humedad; y eucalipto muerto en pie, de 10,9 metros de alto, diámetro de 23 a 18 cm y de una humedad entre 7-10 %, según lo detallado por el profesional Gerald Cifuentes.